La semana pasada ha sido importante para uno de los objetivos globales para este año. Tenía visita al osteópata porque las molestias en las rodillas habían vuelto a aparecer de la mano del entrenamiento de running. Efectivamente, un año después no estoy en condiciones. Todavía. Y como dice mi querida osteópata, una cosa es la realidad y otra que yo la acepte. Y no la acepto. Quiero que no me duelan las rodillas. Así que nos pusimos a ver qué y cómo poner remedio a la situación y nada más volver a casa empecé a replantear el calendario de entrenamientos. Más descanso, menos impacto, más bici, más electroestimulación, mas control en definitiva, porque es que además en dos semanas tengo la Media Maratón del Camino! Conseguiré correr en condiciones? Of course. Creo además que voy modificar el alcance del objetivo Ironman. Este año me voy a centrar en reeducar la pisada, equilibrar el cuerpo, potenciar las piernas... y para eso voy a usar la bici. Por el momento nada de correr, sólo maratones...pero de mountainbike.
De alguna manera, interiorizar el cambio de ruta a lo largo de la semana pasada me ha descargado de una presión que me había puesto yo solo y con la que no convivía a gusto. El fin es el mismo, pero los medios están adaptados a mi realidad. Es importante saber mirarse en el espejo y ser sincero con uno mismo. Ser realista es el primer paso para ser ambicioso.
Así, con la mente tránquila pude disfrutar este sábado de un paseo por el bosque de la foto, en el Monte de Santiago, frontera entre Burgos y Vizcaya, dónde se puede ver el impresionante Salto del Nervión. ;)
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